viernes, 23 de agosto de 2013

Vacío y papel

Con la cara roja termino la sesión de hoy, creo que me desmayo en el piso. Pido a Oscar y Rosa que me lleven a casa en una carretilla. El viento nocturno me golpea el rostro, las calles corren bajo mis pies. llego a casa, no ceno, voy directo al grano. En mi cuarto a oscuras lloro una vez más; no estoy bien. ¿Alguna vez lo he estado?

El tipo que me gusta me hizo sentir miserable por enésima vez, ya no es novedad. No tengo ganas de conectarme al chat. Entro en una de las 5 cuentas falsas que uso para espiar patéticamente al mismo perdedor de siempre, me encuentro muy pocas notificaciones... y ni rastro de la única persona que podría hacerme sentir bien en esta situación: JAHL.... Hoy lo extraño a morir...

Encuentro de pronto un rostro bello, bellísimo; es guapísimo el hijo de puta, lástima que sea vegano. Ya no me importa nada, sus ojos excitan mis manos, corro por papel; el blanco y negro me orgasmea, me incendia el pecho con su monocromía, quiero dibujar. Es como gritar a los cuatro vientos y a todo pulmón que quiero sexo, que necesito sexo, que muero sedienta de sexo... pero realmente lo que me excita es el lápiz, es el papel de algodón, son las formas exactas y preciosas que dibujan su rostro.

Encuentro rastros de mi antigua vida y por fin doy con el papel, lo atesoro, lo restriego contra el pecho, contra mi cara, estoy embelesada con su textura, my precious.....

El hombre de la foto tiene un boca deliciosa, hace mucho que muero por besar unos labios así.

Me doy cuenta de que me duele la espalda por la posición que adopto al escribir esto sobre mi cama. Estiro el cuello, también me duelen los dedos del pié, gajes del oficio.